dimecres, 9 de novembre del 2011

¿Vida presencial, vida digital?

Nada me gustaría más que tener dos vidas, porque con una de ellas, seguramente, no me será suficiente para aprender todo lo que deseo. Lo digo porque  hace tiempo que oigo hablar de la vida digital y la vida presencial y aunque són sincrónicas, o sea, no aumentan el tiempo de vida, tendemos a separarlas. Como ejemplo, tenemos "second life" que nos ofrece la posibilidad de montarnos una vida absolutamente digital al gusto, en la que puedemos enmendar los errores de la naturaleza y emerger como queremos: rubios o morenos, altos o más bajitos, sexis o más sexis...(en esto estamos todos de acuerdo). Sin embargo somos uno, aunque tengamos infinitas maneras de desarrollar nuestra identidad, y creo que uno de los efectos de esta sociedad en la que estamos inmersos es la poca capacidad para combinar la digitalidad con la presencialidad.
Para poder entender este  concepto me gustaría referirme a la experiencia de aprender en los distintos entornos,  digitales y  presenciales. Empecé a diseñar y a promover cursos on line en el año 2004, desde entonces me maravilla ver cómo hay multitud de habilidades que se promueven más facilmente en entornos digitales, incluso muchas de ellas sólo se pueden promover desde allí. Pondré un ejemplo:  las discusiones en los fórums digitales  son mucho más profundas, activas y sinceras que las que se producirían en entornos presenciales; en ellos, la gente dice cosas que jamás diría en directo y las razones de este efecto podrían ocupar varios tomos de una tesis doctoral. Sin embargo, hay cosas que difícilmente se pueden aprender  en entornos digitales; por ejemplo, algunas actitudes o cuestiones que tengan que ver con la comunicación no verbal, los olores, los gustos, o las caricias... la experiencia  de contemplar el horizonte desde un acantilado o el olor de la persona que amamos, no son digitalizables.
Además, a esto le debemos añadir que la mucha de la población de edad más madura  se resiste al aprendizaje digital y la de edad más joven, al contrario, vive la digitalidad con tanta intesidad que frecuentemente se pierde el conocimiento que se obtiene de la presencialidad.  Por todo ello, propongo añadir una nueva habilidad necesaria que se podria llamar "vida combinatoria" en inglés" blended life skill.

Conclusión:
Aprender es vivir