Ciertamente
vivimos en una sociedad cada vez más complicada, donde el
aprendizaje no es sólo una cuestión humana e individual, sino
organizacional y tecnológica. El aprendizaje y el conocimiento no
sólo habitan en las mentes de las personas sino en las estructuras
de las organizaciones o incluso en las propias tecnologías; sin
embargo, vemos que los sistemas educativos ignoran esta realidad y
parece una cuestión relacionada con el conservacionismo, el miedo al
cambio, el miedo por las consecuencias de perder este estatus entre
los que saben y los que aprenden, y además, muchos intereses
económicos subyacen en este modus operandi de la educación. La
consecuencia es una fractura entre los que por desconocimiento tratan
de minimizar la importancia de las tecnologías como entorno de
aprendizaje y aquellos que son innovadores y conocedores de las
consecuencias de las nuevas alternativas y su impacto en las personas
y en las sociedades.
Lo
que está claro para los maestros es que estar al día en las
metodologías y las tecnologías es a veces sumamente difícil, no
olvidemos que aunque parezca fácil para algunos (amigable), la
innovación requiere tiempo, mucho tiempo... conocer las
herramientas, testarlas, evaluarlas y empezar de nuevo cada día
(calculamos mínimo tres horas diarias) y si a esto le sumamos las
tareas habituales de la docencia tradicional, el desgaste
psicológico, etc se puede comprender fácilmente el rechazo a las
nuevas alternativas, aunque pensamos que la mayoría de las veces las
razones de éste están basadas en prejuicios y desconocimiento.
El
problema es que hay que aceptar que las tecnologías y la sociedad
red no es una cosa del futuro sino del presente y que no hay marcha
atrás, sin prisas pero sin pausas habrá que evolucionar y
comprender que éstas nos ofrecen procesos educativos que son
imprescindibles, no sólo para el desarrollo intelectual y cultural
de los jóvenes, sino imprescindibles también para la nueva sociedad
que nació de esta revolución.
Nacen
nuevas habilidades para el individuo conectado, nuevas
necesidades, nuevas actitudes, nuevos contenidos de
aprendizaje, y también nuevos retos para el sistema y
nuevas preguntas sobre la primacía en la validación de los
conocimientos y los procesos.
Finalmente,
desde mi punto de vista, la respuesta al reto está en el trabajo
cooperativo de todos los elementos del sistema, con el objetivo de
determinar procesos de una educación combinada (blended learning)
donde sepamos usar las herramientas existentes y la nuevas en
relación a los objetivos de aprendizaje para la vida actual y
aprovechar todas capacidades en su máxima amplitud; donde
compartamos nuestros hallazgos para facilitar el trabajo a los demás,
de una manera abierta en entornos visualizables y organizados de
acceso global...
Los
prejuicios surgen de la ignorancia, de la distancia, del miedo a lo
desconocido...acerquémonos y dialoguemos para aprender los unos de
los otros: Los conectados con los tradicionales y los tradicionales
con los conectados.
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